Como querer,
quisiera ser la mujer rubia con pinta de extranjera
que espera a la puerta de un hotel vestida en negro fiesta
con sandalias de tacones altísimos, el pelo recogido en trenza
y una apenas disimulada esperanza en su mirada clara
quisiera ser el niño que se alegra porque ha logrado empatar
en algún estúpido juego de mesa
y al mismo tiempo ser su compañero de gafas
quien, sin ninguna piedad y con maliciosa alevosía
hubiera preferido terminar como ganador absoluto del enfrentamiento
quisiera ser una de esas dos amigas perfumadas que se llevan del brazo
por la calle Aribau mientras ríen a carcajadas de algún chiste tonto
o las que todavía esperan su llegada en la mesa de un bar
bebiendo a sorbos ansiedad con hielo frente a la tardanza de las retrasadas
quisiera ser el botones moreno del hotel que hay al lado de mi casa
todo él terso, medido, abotonado
y para el que bondad y simpatía son virtudes compatibles
con la hospitalaria discreción y la silenciosa eficacia
quisiera ser el dueño de algún perro feliz, y también,
por qué no, ser el perro que ríe y colea a su lado
quisiera ser el adolescente enamorado del amigo
que sin querer lo ha enamorado
y ser el al mismo tiempo el inocente seductor
que lo ata sin delatar deseos a su invisible carro
Quisiera ser el mirlo que desafía mi vértigo desde el borde de una cornisa
para un segundo después burlarse de mis aprensiones
balanceándose al ritmo de su pequeño corazón
sobre una erizada hoja de palmera
y mientras lo imagino mensajero de tu alma lejana
quisiera ser el árbol, la cornisa, el pájaro,
sus juegos alados o cualquier otra cosa ligera, aérea, muy volátil
que se pose a tu lado.
quisiera serlo todo, todo, todo,
todo y cualquier cosa
menos este desesperanzado ser
atormentado, triste,
taciturno, sombrío,
que no puede olvidarte
julio de 2012, BCN
1 comment:
Me llegó tu poesía. Me gustó especialmente la imagen del mirlo y el giro final de la última estrofa. Mi enhorabuena.
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