Friday, April 10, 2009

Traducciones


¡No me pegue, ché!,
si apenas nazco.
Podría hacerme llorar de felicidad
o susurrarme al oído:
"Ahora tenés que berrear lo más fuerte que puedas...
es bueno para vos",
y entonces entendería muy bien lo que me está diciendo
aunque no hable su idioma
o hable otro parecido
deformación del suyo primigenio
que es a su vez la rara forma de deformar un otro
todavía más antiguo,
lo que su oído no demasiado fino comprendió
de la cascada voz, nada precisa,
que intentó comunicarse con usted,
lo poco que sus antepasados,
preocupados por la supervivencia, mazo en mano,
erguidos ante la puerta de la cueva,
lograron entender de esos extraños que,
llegados de bien lejos, pretendían robarle,
según contaron luego,
sus esencias,
sus mujeres, el pan , la miel
y las arvejas.
Dijeron algo en su momento, sí,
movieron la boca los recién llegados
para apenas soltar unos gruñidos
por demás incomprensibles,
como llanto de animal o hembra,
basura de su tierra canallesca, conquistadora,
enferma.
El garrote, sin embargo, no miente.
Todos gritan igual cuando les duele.
Por eso lo repito, aunque cueste entenderme:
¡No pegue, por favor!,
que apenas nazco, recién estoy naciendo.
Hábleme despacito y al oído, tiernamente.
Pero por favor se lo pido,
no me pegue
o tendré que defenderme
como humildemente pueda.

ilustra: Retrato, de Golucho