Tuesday, October 12, 2010

en Madrid, con caballos y Carlos


El taxista tiene gorra, bigote,
gafas de cristal redondo con marco de metal
y una barba en forma de candado
que no sella su boca ni por un instante.
Lleva también una camiseta con textos en inglés
que no alcanzo a leer ni me interesan
y unas ganas irreprimibles de comunicarme que aquella
que estamos transitando, su ciudad,
es la mejor, la más maravillosa de todo el universo.
Lo es, no tengo duda alguna sobre su belleza mayestática,
imperial,
monárquica,
patria materna de todas sus bellísimas colonias,
pero además,
mientras atravesamos el soberbio Paseo de la Castellana,
me dice que casi todo lo admirable que admiramos
es obra de un señor Carlos Tercero
al que yo, pobre de mí, ni siquiera conozco.
Educado que soy, aunque no culto, inclino la cabeza
mientras de ella quito
en deferente gesto frente a aquel recuerdo magno,
el sombrero emplumado que no llevo ni he llevado nunca.
Agradezco, sin decir palabra, tanta ingente labor
al tercero de estos Carlos,
semejante buen gusto para el diseño urbano y
el amor demostrado por los árboles,
por el hierro y lo verde y lo sagrado,
mientras observo en silencio y sin temor alguno,
oculto bajo mi chaqueta, solapado,
cómo un buen puñado de estatuas muy ecuestres,
bronceadas o broncíneas,
saltan ágiles, rítmicas y musculadas, a mi paso.

Galopar no es lo mío, debo confesarlo,
pero lo haría muy contento en este mismo instante
arriba de esa cama que dejé sin desearlo
en la ahora lejana Santa María de los Buenos Aires.
Sin embargo, y aunque me pesa su recuerdo,
en su momento la abandoné sin más, mis estimados.
Fué por extrema y atontada cortesía,
por impura obligación de citas y de fechas,
por la más que bastarda y pura cobardía.
Sí, la dejé detras de mí,
y ahora que puedo hacerlo lo confieso:
aunque la dejé bien arropada y más que bien tendida,
quedó aburrida en su silenciosa soledad,
rígida y tiesa sobre sus cuatro patas,
terriblemente neta, pulcra y perfumada.
La dejé sin volver la vista atrás para mirarla,
no podía,
como si fuera un trasto, una quimera,
una ilusión perdida, una utopía descartada.
Y allí estará, supongo,
presa de cuatro paredes blancas sin ventanas,
artera y brutalmente abandonada.
Sin alguien para contarle historias con amantes
que se aman a gritos y a caricias,
con delicada torpeza, suavidad y ternura,
sin pedir, ni pedirse, permiso ni perdón,
amadamente amados.

"Aquí es, señor, llegamos",
me dice sin preaviso alguno el conductor de la gorra y el candado:
yo pago, como debe hacerse en estos casos, y después me bajo.

Madrid me espera
y tu recuerdo, vivo, me acompaña.


Ilustra un retrato promocional de Robert Downey Jr. de autor desconocido.

16 comments:

pepa mas gisbert said...

Permiteme una frivolidad, que hermosa se vería esa cama con Robert Downley Jr.

Que hermoso recordatorio no lejano nos haces hoy...

Dante Bertini said...

alma:
primera tú!
un abrazo y comparto esa idea...

Anonymous said...

Precioso el texto, Dante. Te dejo un saludo. Silvana

Chofer fantasma said...

Señor, ¡qué bello poema! Transmita mis respetos a Don Carlos (tercero) cuando pasee por la castellana.

dante b. said...

Rápido sos, amigo...Muchas gracias
Ahora podrías pasar por mi otro, y querido blog:
http://cachodepan.blogspot.com/
un abrazo

Alejandro said...

Los taxis al igual que los tranvías me sugieren miradas nostálgicas... la tuya pesa, por el desgaste del tiempo y la lejanía, y nos la muestras de una manera tierna y suave.

Gracias.

Un abrazo

Alhy said...

La melancolía del texto encaja bien en mi espacio-tiempo hoy. Llueve y la implacabilidad del domingo por la tarde destroza (i)realidades con sus garras.

Me ha gustado viajar en péndulo de su presente a su pasado y también su viaje en taxi en la siempre acogedora Madrid.

Se está bien en este rincón :)

Un saludo ***

Dante B. said...

Alexei,
Alhy,
gracias por la visita.
Por el carácter mismo de la poesía no acostumbro dejar comentarios extensos en este lugar, aunque gozo muchísimo con los vuestros, gracias.
Os abrazo y os visito.

Alhucema said...

Me gustó. ¿Me recuerdas de Nostromo?

Me agradó tu "amorimas" porque yo tengo un "amayamar"...
Un saludo.

Inma Arrabal

Unknown said...

Oye, me ha encantado, No tengo palabras para describir lo que me generaste, y eso que la lírica (temo haberlo dicho ya) no es lo mío. Precioso, lisa y llanamente.

Felipe Sérvulo said...

Se me acumula el trabajo, pero leerte siempre es un placer permitido.
Un abrazo fuerte.

Miroslav Panciutti said...

Olvido pasar por aquí y esta mañana he leído los cuatro últimos poemas (en voz alta, como opino que debe hacerse) y me han gustado mucho. Un saludo, bonaerense trasplantado (cuando estuve en tu ciudad, muy brevemente el año pasado, me recordó Madrid).

Dante B. said...

Sílice, Inma:
te recuerdo bien...
gracias por la visita!

Dante Bertini said...

Antinoo:
gracias por dos, ya que la lírica no te gusta...Un abrazo


Felipe: yo también te leo aunque a veces no diga nada. Abrazo

Dante Bertini said...

Miroslav,
me hubiera gustado oírte, como supondrás...
Te mando un sonoro saludo.

amulet88 said...

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