Tuesday, September 03, 2013
Memoria en construcción
Hay días como este en los que siento ganas de escribirme
y, sintiendo como siento, me dispongo, sin discutir, a hacerlo.
Contándome te cuento, no tengo otra manera de compartir mi vida.
En días tan oscuros como este mis pensamientos son claros, acuciantes
y al mismo tiempo frágiles y afilados como dientes de leche;
roen la carne hasta llegar al hueso: me duelen y perturban.
Me estremecen.
Oigo maullar, dolientes, a los gatitos ocultos de la desesperanza,
heridos por la negación de esa caricia necesaria que aunque espero no llega.
Mientras, uniéndose al ruido, rugen salvajes los leones de la furia
por todo lo que para mi desconsuelo
hace tiempo se ha ido.
No son horas ni segundos, no son años;
son gente que he querido y aún sigo queriendo
familiares y amigos, compañeros.
Los muchachos cercanos de las calles de Almagro y los otros del colegio:
futuros sacerdotes del pensamiento impío,
rígidos revolucionarios rojos de aquel partido de siglas en mayúscula
y horizonte de rejas;
los unos y los otros deseando echar un polvo en los tiempos de ocio,
declamando eslóganes ingenuos en todos los demás momentos.
Después -hubo un después, aunque no para todos- crecí por fuera
desmañadamente
y me cambió el paisaje, me cambiaron la vida.
Fue alguna vez y otra, si bien no demasiadas.
Saltando las distancias, huía del siniestro,
encofraba recuerdos,
buscaba diferencias para encontrar iguales.
Madrid o Barcelona;
Londres, París, la ruidosa Nueva York de los ochenta
y un largo espacio blanco en la lívida Ibiza,
color de lienzo intacto, de sudario y de priva.
Paisajes escindidos, personajes extraños,
aislados y contentos,
devorando ensaladas de peyote y de higos,
de destrucción y brevas,
fumándose canutos, saltándose las leyes,
sobreviviendo a-penas con su comercio frágil de traficar papelas
y enhebrar canutillos para enredar turistas.
Hay días como este en que mi vida se llena de fantasmas gentiles
recordándome el tiempo en que ellos aún estaban
y fuimos,
o al menos ahora a mí me lo parece,
muy felices.
(En la foto, Tatiana Pushkin, argentina cosmopolita de Ibiza. Debería cumplir años en estos días.)
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5 comments:
Dante, entrañable Cacho de Pan:
Lo más posible, después de tanto tiempo, es que ni te acuerdes de mí. Y no me importa.
Hoy devoré dos veces tu Amorimás. Libro maravilloso. Firme y sutil. Sincero y juguetón. De una desnudez cálida y tierna. Lleno de humanidad, y, como alguna vez te dije, Sentido del Humor y del Amor.
Después volví a mi blog. No a leer mis bobadas. Sino los comentarios de los que me acompañaron y dieron su afecto, pese a mis saltos y desprolijidades. Allí guardo un Cachito con cariño.
Sí, lo sé. Yo soy otro fantasma. Y uno insignificante. Pero vine a decirte que a veces los fantasmas sentimos como vos. Que te sentimos cerca aún a la distancia. Que sentimos.
No estaremos tan muertos, entonces. Digo, no?
Abrazo grande a modo de caricia, que valga por todas las caricias de letras que me diste. Quizás sin darte cuenta.
Quería poner en tu blog:
A MI TAMBIÉN ME FALTA LA INOCENCIA DE AQUELLOS TIEMPOS, LOS PRIMEROS
UN ABRAZO
Dante, cachodepan
pero no me lo permitió y después de varios intentos te lo dejo aquí, esperando que vuelvas
Gracias por el comentario, cercano, tierno, cariñoso y también por (re)leerme
Besos
Te lo permitió y volveré. Quiero seguir leyendo cosas tuyas. ¡Beso!
espero que lo hagas
abrazo
No sé por qué azar -será que el domingo cumplo seis siete y me asaltó la nostalgia de mi patria chica- repuse como portada del FB una foto con muchos verdes. Y estaba tu nombre. Desde 2012! Simplemente seguí el hilo. Y me agarró bronca-en-día-de-lluvia; pucha, dije, mirá qué "Bread of God" me manda el azar o lo que sea. Me quedé movilizado con Memoria en Construcción. NO sé. NO quiero repetir cosas que ya sabés. Pero estoy como "flabbergasted" para usar una palabreja que me gusta y refleja lo que siento. Quiero conocer más de tí/vos, así que haré un pequeño seguimiento de lo que ofrece D.B. Creo que es todo de una apabullante lucidez creativa. Pero basta de flores. Te dejo un ramito de albahaca, que es lo que se usa allá de donde vengo [a pesar de madre catalana y futut y un tío abuelo que dirigio ópera en el Liceu entre 1924 y 1930]. Abrazo. JORGE PAOLANTONIO
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