Thursday, August 04, 2011

Para que no se pierda


No he vuelto a presentarme a concursos literarios desde que en mi primera y única experiencia como concursante gané La Sonrisa Vertical de editorial Tusquets, pero esta convocatoria me pareció interesante porque:
2. Se aceptará como Serie B cualquier texto poético que se centre en los siguientes subgéneros: Policiaco, Western, Terror, Ciencia Ficción.
No tenía nada escrito que cumpliera con esos requisitos, por tanto me obligaba a probarme en un campo que nunca había experimentado. Acatando con gozo casi infantil los requisitos de la convocatoria, escribí especialmente un texto que envié cinco días antes del vencimiento por correo electrónico y adjuntando mis datos personales, tal cual pedían las bases. Si bien el punto 12 dejaba bien claro que:
12. Los originales no premiados se eliminarán tras el fallo del premio. No se mantendrá correspondencia alguna sobre ellos,
parece imprescindible que sí se acusara recibo de los envíos. Di por sentado que lo habría. Envié dos veces todo el material pedido sin recibir respuesta o comunicación alguna. Nunca sabré siquiera si mi poema llegó a manos de los responsables del concurso.
Hoy, mirando la lista de ganadores, me entero que de la anterior edición (2010) a esta el premio se ha devaluado en una tercera parte. De 1200 euros ha pasado a ofrecer solamente 800, algo que yo ni siquiera había tenido en cuenta al presentarme y que ahora, al no haberlo ganado, me interesa aún menos. Dicen haber recibido unos 200 originales. Como nunca sabré si el mío está entre los eliminados -dolorosa palabra, muy de acuerdo con esta semana negra, silenciosa, criminal- pero, de ser así, estoy absolutamente convencido de que mi humilde texto no se merece una desaparición callada, al más puro estilo...mejor no lo digo, aquí se los dejo, cariñosos amigos:


Nadie, nunca, había pronosticado aquello.
No era enero ni mayo, los temibles meses del Gran Daño
y la tercera luna mostraba su cara más amable
sobre las colinas desarboladas del cuarto milenio.
Jamás ningún oráculo había hablado de muertes ajenas,
de violencias extremas asociadas al signo
que supo bautizarlo con elegante gesto y audaz caligrafía,
sin embargo,
para desmentir con hechos concretos a todos los augures,
allí estaban, mostrando sin recato su bella desnudez,
unidos por la sombra sangrienta que enmarcaba sus cuerpos,
aquellos dos seres tan amados, ahora para siempre quietos:
tendidos a sus pies, ajenos a cualquier latido, perdido ya el aliento;
aceptando en silencio lo que en vida negaran,
acatando sin quejas el inviolable poder de su invisible cetro.

Sorprendido, confuso,

dejó caer el arma que ejecutó su furia.
Más allá del metálico chasquido sobre el mármol
todo era silencio, soledad y muerte.
De pronto pudo verse, abatido y borroso, en un torpe reflejo.
Como si fuera otro, experto en mil contiendas,
oculto, camuflado tras su traje de guerra,
aulló desesperado y escapó hacia los bosques, convertido en leyenda.

3 comments:

Marina Judith Landau said...

Bueno, al menos de todo esto surgió que te expreses de un modo que no lo habrías hecho, y el resultado es excelente. Yo te premio. Yo como lectora también soy jurado y te premio. Sos un artista de primer premio!!
Besos.

Naia Marlo said...

¡Me encanta! tiene un ritmo estupendo, lo he leído sin atragantarme de la emoción para querer saber el final...
Eres un ganador para mi, eres el ganador...gracias por mostrarlo en este espacio tan sagrado...

Un gran abrazo..<3
Naia

alatanque vamos said...

"Dejó caer el arma que ejecutó la furia"
Ya te encontré, en buenahora.
Lola Castro