Tuesday, December 27, 2011

el beso no dado


Quise enamorarme una vez más y lo logré sin medianías,
aunque con virtual nocturnidad y flagrante,
incruenta alevosía;
perdiendo la cabeza como debe hacerse:
olvidándome de prejuicios y deberes,
abandonando como un diario ya leído
esa moral que me pesaba como un grueso
volumen de obsoletas, pesadas,
innecesarias teologías;
traspasando fronteras,
abatiendo los límites,
dejando atrás toda mi mediocre,
burguesa,
aburrida,
repetitiva,
amanerada y descafeinada tontería.

Ahora, después de alimentar tu esquiva sombra huída,
de llorar tu ausencia de la misma manera
en que un niño pequeño llora a gritos,
caprichosamente encaprichado,
detrás de los barrotes de esa cuna suya,
tan tibia y necesaria como malquerida y despreciada,
quisiera que el olvido me ayudase
a no recordarte como te imaginaba...
quizás por no encontrarme solo como estaba antes
de que aparecieras vos:
gajo errabundo de un árbol desgajado
por un soplo interior, primario, familiar, atávico,
ensueño azul de plata y barro
atrapado sin escapatoria en una red de ensueños varios,
joven brote de hierba sin destino
conducido por un viento hosco hasta mi camino árido

Mientras te pienso a cada instante
paladeando el dolor que me produces,
quiero olvidarme de haberte conocido...
aunque sepa que pedir un milagro como este
es, con toda seguridad, pedir mucho más que demasiado.
(revisado y corregido el 9/4/12)

dibujo de Ben Shahn

Sunday, October 09, 2011

Sunday, August 21, 2011

sin fondo




Deambulo por mi suerte deshaciendo baúles
y construyendo casas.

Distraigo mi tiempo dejando caer minutos
por cualquier rincón,
horas enteras por todas las esquinas.

Pienso en vos, en otra ciudad, en la política
o en el inconmensurable universo,
porque si no lo hiciera
tendría que pensar en mi vida,
ese desastre.

Ilustra foto de Herman Hesse tratando de llamar la atención de su gato tabby.

Thursday, August 04, 2011

Para que no se pierda


No he vuelto a presentarme a concursos literarios desde que en mi primera y única experiencia como concursante gané La Sonrisa Vertical de editorial Tusquets, pero esta convocatoria me pareció interesante porque:
2. Se aceptará como Serie B cualquier texto poético que se centre en los siguientes subgéneros: Policiaco, Western, Terror, Ciencia Ficción.
No tenía nada escrito que cumpliera con esos requisitos, por tanto me obligaba a probarme en un campo que nunca había experimentado. Acatando con gozo casi infantil los requisitos de la convocatoria, escribí especialmente un texto que envié cinco días antes del vencimiento por correo electrónico y adjuntando mis datos personales, tal cual pedían las bases. Si bien el punto 12 dejaba bien claro que:
12. Los originales no premiados se eliminarán tras el fallo del premio. No se mantendrá correspondencia alguna sobre ellos,
parece imprescindible que sí se acusara recibo de los envíos. Di por sentado que lo habría. Envié dos veces todo el material pedido sin recibir respuesta o comunicación alguna. Nunca sabré siquiera si mi poema llegó a manos de los responsables del concurso.
Hoy, mirando la lista de ganadores, me entero que de la anterior edición (2010) a esta el premio se ha devaluado en una tercera parte. De 1200 euros ha pasado a ofrecer solamente 800, algo que yo ni siquiera había tenido en cuenta al presentarme y que ahora, al no haberlo ganado, me interesa aún menos. Dicen haber recibido unos 200 originales. Como nunca sabré si el mío está entre los eliminados -dolorosa palabra, muy de acuerdo con esta semana negra, silenciosa, criminal- pero, de ser así, estoy absolutamente convencido de que mi humilde texto no se merece una desaparición callada, al más puro estilo...mejor no lo digo, aquí se los dejo, cariñosos amigos:


Nadie, nunca, había pronosticado aquello.
No era enero ni mayo, los temibles meses del Gran Daño
y la tercera luna mostraba su cara más amable
sobre las colinas desarboladas del cuarto milenio.
Jamás ningún oráculo había hablado de muertes ajenas,
de violencias extremas asociadas al signo
que supo bautizarlo con elegante gesto y audaz caligrafía,
sin embargo,
para desmentir con hechos concretos a todos los augures,
allí estaban, mostrando sin recato su bella desnudez,
unidos por la sombra sangrienta que enmarcaba sus cuerpos,
aquellos dos seres tan amados, ahora para siempre quietos:
tendidos a sus pies, ajenos a cualquier latido, perdido ya el aliento;
aceptando en silencio lo que en vida negaran,
acatando sin quejas el inviolable poder de su invisible cetro.

Sorprendido, confuso,

dejó caer el arma que ejecutó su furia.
Más allá del metálico chasquido sobre el mármol
todo era silencio, soledad y muerte.
De pronto pudo verse, abatido y borroso, en un torpe reflejo.
Como si fuera otro, experto en mil contiendas,
oculto, camuflado tras su traje de guerra,
aulló desesperado y escapó hacia los bosques, convertido en leyenda.

Thursday, June 16, 2011

TRES MONOS en un mismo ILUSO


No quise oír la voz de los sabios inertes

Tampoco escuché los maduros consejos de los
que se creen dueños absolutos de nuestro inconsciente
padres patriarcales del conocimiento
cansinos ideólogos de la desventura y el fracaso

Me tapé los oídos para hacer caso omiso
al repetitivo, hueco gorgotear de los muertos vivientes
y no vacilé ni un solo segundo a la hora de clavar
una estaca de palabras duras
en aquellos
sus pechos vacíos de latido
y aún otra más
hecha ademán esquivo revestido de desprecio
en sus pulmones mórbidos
desprovistos de oxígeno
de sangre y sentimientos

Quise reinventar el mundo para que en él entrara
sin ninguna violencia
sin ningún forzamiento
mi pasión vacilante y tu aparente entrega
tu deslumbramiento sin porqués
y mi parcial
momentánea ceguera

No quise hacerte daño, te lo juro
pero estoy convencido de habértelo hecho

Por eso ahora
cuando el tiempo empieza a borrar
todo lo que hemos hecho
y suaviza con piedad
las filosas aristas del recuerdo
pido perdón contrito
lloriqueante
arrodillado
a ese dios con mayúscula que aseguras te acompaña siempre
y ruego que los míos
tal vez de más baja prosapia
y por eso mismo menos vengativos
más difusos
puedan oírme sin prejuicios
y en vez de castigarme como por momentos creo merecer
con un pequeño gesto de piadosa pena
magnánima y simplemente
me comprendan

Foto: retrato de Cartier-Bresson por George Hoyningen-Huene, 1933

Monday, May 30, 2011

FIN DE TRAYECTO



Desde atrás del mostrador,
con poca simpatía y un obligado toque de eficiencia,
la muchacha pregunta sin pasión alguna
por el código de identificación de su reserva.
"C de Casa, M de Mamá",
responde el que me acompaña sin dudar ni un solo instante,
para después seguir diciendo:
"Erre"
"¿Cómo?" (la empleada no lo entiende)
"Erre de Ramón", repite ufano
y termina su alfabético espiche
recitando algunos pocos números que no vienen al caso.

Estoy a su lado y lleno de tristeza inconsolable
por la apabullante verificación de aquello que
por infortunada suerte todo yo sospechaba y mi cuerpo sufría,
(escozor en las tripas,
agujas en los pies,
gotas de aceite hirviendo sobre la fina piel de mis encías),
cual David sin honda ni Goliath,
cual Gioconda sin marco,
contenido, galante, para mí y hacia adentro,
suavemente, sonrío.

Mi aniñado caballero andante,
mi príncipe de celeste envergadura,
el jinete embozado y fantasioso
con pies de silicato de magnesio
y manos de seráfica estructura,
no se atrevió a pronunciar "Retorno"
ni "Regreso",
tampoco "Renunciar"
o "Reincidencia".
¿Será que su inconsciente algo maltrecho
(buchón sin contenciones, delicado palomo malherido)
no pudo soportar el ensordecedor estruendo
de las anteriores evidencias?

Thursday, April 28, 2011

Trànsit(o)s


Nueve de noviembre de 1999

Feliz cumpleaños, me digo
sin abusar de signos de uno u otro tipo
porque aunque la tristeza acecha mis momentos
como un lobo a su caperucita
tengo una casa confortable recortada sobre un cielo con gaviotas
varias plantas de hojas desmedidas
verdes
un par de asustadizos peces rojos
dos gatos con nombre de persona
un puñado de dinero para ir tirando
y otro de amigos con los que hablar de un puñado de cosas


Mientras tanto
a trescientos metros mal medidos
de mi festejo sin algarabías
un tipo de cuarenta y nueve años
natural de la república argentina
y del mismo barrio donde yo nací
hace un montón de años
salta por la estrecha ventana de un cuarto piso
para estrellarse como un huevo fresco
sobre la superficie asartenada del asfalto

Casi un final sangriento de ópera italiana
a cien metros escasos del pequeño y antiguo Teatro del Liceo

No sé si los diarios sacarán la noticia en su portada
porque hoy se conmemora la caída del muro
que nunca fue de acero
y todos pensarán en consignas trasnochadas
en el fin de la guerra fría
en esa dura pantalla de ladrillos
abatida por los certeros golpes
de un montón de manos
de unos cuantos picos de metálicos pájaros


No es ninguna noticia trascendente
que el hijo de unos pobres griegos que no hicieron la América
termine como una señal de alerta para perros hambrientos
en medio de una calle con nombre de marqués
la piel fría como la cáscara de un huevo
las desplumadas alas rotas
los huesos derramados como lágrimas
la cabeza convertida en una caja abierta
desguazada
vacía para siempre de todo pensamiento

Muerto
fatal e irremisiblemente muerto
después de recibir
cuatrocientos noventa golpes de la vida
cuarenta y nueve certeros golpes de la suerte

(13 de noviembre de 1999, Barcelona - Ilustra: retrato de Andy Warhol por Richard Avedon)

Thursday, April 14, 2011

reloj de arena (tango)



Los jóvenes son vientos de luz
que corren por la playa:
se agitan y revuelcan, jadean,
se besan y amenazan.

Dos viejos, mientras tanto,
atraviesan la arena
con paso inseguro.
Pesados, paquidérmicos,
intentan retrasar ese destino inapelable
que, demasiado cercano,
losa guarda.

A mis padres, Josefa Flora y Giovanni Dante,
nacidos ambos en un mes como este.
Altafulla, 14 de abril de 2011.