Volvería...
Si supiera que todavía estás allí,
esperándome,
parado ante la misma puerta
y la puerta estuviera en su lugar primero,
enmarcada en su marco,
encastrada aún en sus quejosos goznes.
Si existiera todavía aquella casa
en la misma esquina,
con el mismo balcón y el mismo árbol,
yo volvería.
Volvería, sí,
si pudiera encontrarte caminando por la misma calle,
si pudiera sentarme a conversar contigo como antes,
asustado yo de tu energía desbocada,
cabalgando vos en ella, sin importarte nada.
Volvería, sí que volvería.
Si pudiera traspasar ese portal que se abría quejumbroso
ante todos los inevitables regresos de mi infancia;
si pudiera trepar por la escalera,
atravesar las puertas,
desandar los pasillos en damero con los pies en diagonal,
como un caballo desnortado,
la respiración contenida por el miedo de la posible pérdida,
agitado todo yo por la ansiedad de la llegada,
hasta encontrar,
como un milagro,
a mis padres esperándome,
juiciosos y enjuiciantes,
reprendosos,
ante la mesa familiar recién servida.
Volvería,
sin dudar ni un segundo,
volvería,
si la casa que fue
fuera mi casa
y no un campo yermo, desolado
donde de aquel que fui no queda nada.
(Publicado en "La doble sombra, Poesía Argentina Contemporánea". Editorial Vaso Roto, México 2015)