Wednesday, February 07, 2007

uno

supongo que hubo un sueño,
el húmedo y nervioso producto de un deseo,
la esperanza de un par
o la ilusión de alguno,
un encuentro en febrero con el otoño próximo
mostrando sus colmillos,
la vieja primavera
de esa Lucca lejana que yo ni presentía
y una cruz de papel marcándome el destino

así que sin saberlo
fui esa luna caliente creciendo entre tinieblas:
ovoide y solitaria,
áspera y quejumbrosa,
temerosa y mimada
un latido de sangre que olía sus rodillas
e hizo explotar el agua
aquella madrugada del nueve de noviembre
en que el vientre de mi madre vació su contenido
para dar al fin comienzo, entre algodón y acero,
a esta, mi hasta hoy inacabada biografía

1 comment:

Malasombra said...

"un latido de sangre que olía sus rodillas..."
Amigo al fin encontré algo de tu poesia. Bella imagen esta, construida de sentimiento, fuerte, sin esforzar la palabra. Salud poeta!